La Unión Industrial Argentina (UIA) y el Gobierno definieron los trazos gruesos de una reforma laboral para llevar al Congreso después de las elecciones. Discuten reducir feriados no laborables, limitar las licencias sindicales de los delegados y establecer rangos de montos indemnizatorios según antigüedad de los trabajadores despedidos. El único tema en discusión que no se pusieron de acuerdo es el fondo de cese laboral.

Este avance tiene dos datos claves: el sindicalismo representado por Gerardo Martínez es razonable para que se avance con el proyecto y el segundo es que Martín Rappallini entiende a las pymes y tiene buen diálogo con las grandes y las multinacionales.

Todos entienden que la macro está ordenada por el Gobierno Nacional pero acá hay que avanzar con la microeconomía y la modernización laboral es una de las columnas de la recuperación de la competitividad de la industria.

Menos feriados y licencia gremial

El empresariado busca que se establezcan pautas concretas para el pago de los juicios laborales, de modo de limitar la creatividad contable en los fallos judiciales que determinan las indemnizaciones.

Asimismo, la gremial empresaria entiende que no se puede ser competitivo con un año de 18 feriados cuando Italia tiene seis.

En el Consejo de Mayo se va a pulir el texto de la reforma laboral para diciembre. Este proyecto derivó del que había trabajado la UIA de Daniel Funes de Rioja y Juan Pazo, hoy titular de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) y ex secretario coordinador del Ministerio de Economía a cargo de Toto Caputo. En aquel momento lo denominaron mini RIGI o ley de promoción para pymes.